lunes, 24 de diciembre de 2012

Quédate solo y lo encontrarás.

Querer escapar, pero no saber de qué. Desear correr, pero no saber hacia donde. Querer olvidar, pero no tener claro qué recuerdos dejar atrás. Amar la vida, pero no encontrar un motivo por el que vivir. "Sigue adelante", dicen. Un puñado de palabras no sacan a nadie del pozo en el que se encuentra, ni consiguen curar nada.
Las palabras no dan fuerza, se la das tú al creerlas y confiar en tí. Igual que ninguna persona es especial, eso se mide en la importancia que nosotros le damos a cada una.
¿Qué serían nuestros miedos, si nosotros, en vez de tomarlos en serio y asustarnos, los subestimáramos? Nada. No serían absolutamente nada.
Siempre hay una posibilidad de fallar. De caer. De perderlo todo.
Esa posibilidad es la que nos impide desplegar las alas, saltar, superar el miedo y ser libres.
A veces nosotros mismos nos ponemos los barrotes de la jaula que nos encarcela, pero hay veces que son otros los que nos los ponen. Y creemos que somos débiles, que no podríamos destruirlos. Nadie es tan débil como en realidad piensa que es.
No dejes que ellos te destruyan. No les dejes decir que no sirves. Sonríe y demuéstrales que se equivocan.
En esta vida es demasiado importante ser fuerte. Si no lo eres, te pisarán. Pero,¿cómo vas a ser fuerte, si no tienes de dónde sacar las fuerzas? Aunque duela, al caer, es necesario quedarse tirado en el camino para darse cuenta lo que necesitamos levantarnos, seguir avanzando. Saber que te quedan muchas caídas, pero cada vez que te consigas levantar, la próxima vez que caigas dolerá un poco menos.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Música y nada más.


Quiero ponerme los auriculares, subir el volumen, que los decibelios aumenten, que mis tímpanos exploten. Desconectar, olvidarlo todo, y poder perderme.
Sí, eso implicaría quedarme sorda, pero con tal de alejarme un poco de este puto mundo, merecería la pena

domingo, 16 de diciembre de 2012

Puede ser.


Puede que sea demasiado dulce. Demasiado empalagosa. Seguramente este sea el rasgo que más me identifique, tengo los sentimientos demasiado a flor de piel. Y esto me hace débil, vulnerable, me hace parecer demasiado inocente y estúpida.
No puedo evitarlo, es como si cuando me pasara algo, los sentimientos en mi interior lucharan por salir fuera. Por expresarse.  Y no puedo hacer nada por evitarlo, ellos quieren salir y yo únicamente les dejo.
A veces pienso que es malo, cualquier persona podría hacerme daño fácilmente gracias a eso. Todo el mundo tiene la imagen tierna e inocente de mí, la parte sensible, una de las partes que enseño a los demás. Cuando dejo salir alguna de mis caras ocultas, las que no son bonitas, la gente se extraña, claro, todos estaban acostumbrados a la chica inocente y dulce.
No quiero ser para siempre la chica frágil y sensible. Básicamente, porque no lo soy. Puedo parecerlo, pero en realidad, no me veo dulce y buena. En mi interior me veo como un monstruo, una bestia a la que debo esconder si no quiero lastimar a mí y a los que más quiero.
No soy una chica dulce, ni buena, ni mona, ni nada, simplemente soy yo. Simplemente expreso lo que siento, cuando lo siento. Odio que la gente tenga esa imagen de mí, porque cuando realmente vean quien soy, se llevarán un disgusto.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Ella.


Impotencia. No hay otra palabra que describa mejor cómo me siento. Quizá duda. Duda de no saber si estás perdiendo a una persona o una persona te está perdiendo a ti.
Y también angustia. Angustia de saber que a cada segundo que pasa la tienes más lejos de ti, y no puedes hacer nada. Tic, tac, tic, tac. Y no se detiene, el tiempo nunca lo hace.
No quiero que te vayas, tú menos que nadie. Pero no voy a disculparme. No esta vez.
¿Orgullo? Puede, pero es algo que ya he tenido que tragarme demasiadas veces, he aprendido a mantener la cabeza alta, pase lo que pase.
Si al menos supiera qué he hecho esta vez, qué es en lo que he fallado, volvería a disculparme, como siempre. Pero, eso debo hacer ahora? Sin haber hecho nada, agachar la cabeza, asentir, en silencio, como si yo no tuviera corazón ni sentimientos?
Sé que acabará siendo así, pero un día, todo cambiará. Romperé mi silencio, eso que llevo guardando durante tanto, tanto tiempo. Mis palabras serán como cuchillos, y yo seré el monstruo que los maneje. Y nada más importará.
Yo siempre he hecho todo mal, verdad? No te vale saber que eres la persona más importante para mí. No te vale saber que haría cualquier cosa por ti. No te vale todo lo que hemos vivido. Nada de eso te vale. Solo ves mis fallos, los errores que he cometido.
Si soy tan mala, si realmente te hago tanto daño y merezco estar lejos de ti, a lo mejor es verdad. Lo único que lamento de todo esto es que haya tenido que darme cuenta por mí misma de lo que pasaba. Podías haberlo dicho.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Siempre.

No importa todo lo que corras, siempre llegará alguien capaz de alcanzarte.
Da igual lo fuerte que seas, al final habrá algo que te rompa por dentro.
Puedes sonreír, pero habrá una persona que te volverá  a hacer llorar.
En el fondo siempre habrá algo que nos supere, y no sé si eso es bueno o malo.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Tú me querrías.

Tú me querrías. Fuera pequeña o grande, gorda o flaca, fea o guapa. Sé que tú me querrías.
Me baso en poco tiempo para decir esto, pero me transmites demasiada seguridad, así que pondría la mano en el fuego por tí.
Tú has tenido la oportunidad de verme como un monstruo, y sin embargo, tras haberlo hecho, continuaste a mi lado, sin cambiar ni importarte.
Y creo que te conozco lo suficiente como para poder decir que te daría igual como fuera mi exterior, tú seguirías ahí para mí.
Aunque tuviera la cara desfigurada, fuera ciega, manca o tuviera que guardar cama para el resto de mis días, ahí estarías tú, como siempre.
Voy a apostar todas mis cartas por tí, porque permanezcas. No creo en los "para siempre", pero por tí haré una excepción.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Escapar.

Con su gorro negro de lana y su camisa a cuadros, la veo caminar suavemente, paso a paso, avanzar hacia la multitud, y perderse entre la gente.
Perderse entre cientos de vidas ajenas mientras ella intenta encontrar la suya.
Y ella camina sin rumbo, sin saber adónde ir.
Hay veces que lo único que se necesita es andar, andar sin más destino que dar con quién eres, con qué quieres, y con qué vas a hacer.
Hace mucho tiempo que ella no se sentía ella misma, sino un simple reflejo de lo que ella pretendía ser.
En ese mismo instante deseó bajarse del mundo, pararlo, desconectar, pero no se le ocurrió nada mejor que echarse a la calle a mezclarse entre las masas, pensó que de esa manera conseguiría sentirse menos perdida, pero solo consiguió sentirse desubicada y sola en medio de un montón de gente.
Comenzaba a llover, pero ella apenas sentía la lluvia, ya se había acostumbrado a verlo todo negro, a vivir en tormentas internas, monzones permanentes sin una causa aparente que los provocara.
Pero,¿quién era ella? Es una pregunta difícil, que ni ella misma sabía responder.
Se sentía atrapada en su cuerpo. Ella no tenía cuerpo, su cuerpo la tenía a ella.
Necesitaba una brújula, un faro, algo que la guiara por el camino correcto. Pero no lo hallaba.
Fuera, bajo la tormenta, se calaba poco a poco, y el frío pasaba a su corazón. Era un frío extraño, lleno de miedo y desesperanza. Lleno de lágrimas.
La chica decidió que volver a casa sería lo más sensato, así que emprendió la vuelta.
Por el camino, observó el puerto, lleno de barcos, de pasajeros. De despedidas. De alegrías y de penas, de llantos y de sonrisas. Y sobretodo, de besos. De amor.
Ella desconocía el significado de esa palabra, hace mucho tiempo dejó de saberlo. El miedo de querer y ser querida la acompañaba, vivía con ella.
No era exactamente miedo a amar, era más bien miedo al dolor, a tener que decir adiós.
Llevaba tanto tiempo siendo dulce que acabó volviéndose amarga, triste, sin ganas de sonreír.
Y lo peor, no sabía el motivo.
Era otro misterio para ella, al igual que lo era su vida entera.

domingo, 28 de octubre de 2012

Breathe.

Sé libre. Corre cuando quieras correr. Ríe a carcajadas cuando sientas que mueres por dentro. Salta, vuela, haz que tu alma rompa todos los esquemas. Muéstrale a los demás quien realmente eres. Sin máscaras ni nada que te esconda. Solo tú.
Canta hasta quedarte sin voz, baila hasta desgastar los zapatos. Haz que la música sea el maestro y tú la única melodía.
No te arrodilles ante el mundo, haz que el mundo se arrodille ante ti. Escucha a tu corazón cuando este intente hablarte, pero sin dejar de hacerle caso a a la razón.
Fíjate en el interior de una persona y no en lo de fuera, ya que es lo único que con el tiempo no se estropeará.
Ama con todo tu corazón, y cuando caigas, vuélvete a levantar.
Escucha a los demás si quieres que los demás te escuchen a tí. No hables, tan solo, escucha.
Mira al horizonte y continúa el camino en vez de quedarte estancado en él.
Nunca pierdas la esperanza. Lleva una sonrisa siempre, sé fuerte, y si no puedes, finge serlo, los demás no notarán la diferencia.
Antes de enamorarte de alguien, enamórate de tí primero.
Y por último, y sobre todo, cree en tí, porque si tú no lo haces, quién esperas que lo haga?

jueves, 11 de octubre de 2012

Música para mis oídos.

Como una melodía de piano. Tímida, que quiere hacerse oír pero no encuentra la manera. Haces soñar a cualquiera, que tenga la oportunidad de poder escucharte.
Eres demasiado efímera, tengo miedo del día que tus últimos acordes suenen, tu suave canción acabe y no vuelva a escucharte jamás.
Belleza a vista y oído, el mundo queda en silencio cuando te oye hablar, o simplemente, reír. Hay veces que curas todos mis males con el simple hecho de mirarme a los ojos, porque no hay nada más puro que tu mirada.
Daría todo por poder estar toda mi vida a tu lado, pero nunca diré siempre, porque ninguno de nosotros somos eternos. Ni tú, ni yo, ni nadie.
Suave música, eres tan bella y efímera como una nevada en el mes de enero. Tan delicada, tan etérea, tan hermosa. Casi podría compararte, dulce melodía, al latido de mi corazón, porque tú, sí, tú, es lo que me hace vivir.
Disfrutaré de la canción hasta el día que acabe, entonces, sé que no encontraré alguien tan hermosa como lo eres tú, pero ese día, aprenderé a apreciar el placer del silencio.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Días raros.

Días en los que tu válvula de escape es un bolígrafo y un par de hojas en blanco,que tu mayor apoyo no es sino un puñado de canciones y la soledad es la mejor compañía para tí. Días en los que no sabes a quién querer y a quién odiar, que quieres mandarlo todo a la mierda y huir lo más rápido que puedas, aunque en el fondo sabes que te dolería decir adios.
Días en los que pasas de sentir que el mundo es tuyo, a caer como un castillo de cartas.
Hay días en los que ni siquiera tú mismo te entiendes, que ni siquiera las cosas que te gustan te satisfacen, que ni siquiera tus personas queridas consiguen calmarte, que sientes que tu mundo está al revés y no encuentras respuesta a lo que te pasa.
Días,que te das cuenta que hace tiempo que el mundo dejó de cumplir sus promesas, y que lo único que nunca te abandonará será tu sombra.
Esos días que te hacen sentir preciosa, para luego sentirte un monstruo.
Días que un montón de palabras se arremolinan en tu mente y tu voz quiere desgarrar tu garganta deseando ser escuchada, pero no encuentras a nadie que quisiera escucharte. Tu mente se abre y tu mano se deja llevar plasmando todo eso que piensas pero debes callar.
Estoy hablando de los días raros, esos días que es mejor que nunca hubieran empezado.

martes, 1 de mayo de 2012

Hoy llueve

Las nubes han decidido cubrir el cielo. Hoy llueve. Llueve en mi corazón, llueve en el exterior. Llueve sobre los corazones rotos y los que quedan por romper. Llueve sobre las personas vacías. Sobre los sueños rotos. Lueve sobre todas las cosas imposibles.
Hoy llueve, y nada se salva. Llueve para mí, para mis miedos, y todos los que no son míos. Ahora llueve, y aunque pare, todo seguirá mojado. Lloverá. Sobre tí, sobre mí y sobre todos nuestros fantasmas interiores.
Supuestamente, tras la tormenta viene la calma, pero no puedo decir lo mismo. Estoy debajo de esta tormenta que empapa los sueños, cala las emociones y lo todo lo consume. Hoy llueve.