jueves, 2 de agosto de 2018

En la brisa

Me buscó, pero yo ya no estaba aquí. Había partido a surcar los mares a bordo de un velero hecho de bambú.
Había demasiadas quimeras aguardándome a lo largo y ancho del globo, que no fui capaz de quedarme quieta y no salir a perseguirlas rauda y veloz.

Lo que pasó fue que no sabía que yo en el fondo soy del viento. A veces creo que no soy yo, ni lo que en ocasiones me supongo ser, sino que no soy más que aire, la corriente que recorre las estepas y hace agitar las hojas que se caen de los árboles.
Si me creo hielo me equivoco, y si me pienso tierra, también. (Sólo tengo razón cuando me siento fuego, porque sé que llego a serlo, llego a ser incendio, llama y ceniza, todo al mismo tiempo. Pero sólo cuando me enfado). No soy mármol y tampoco soy cristal. No puedo romperme porque no hay nada quebrantable en mí.

Pero todo esto le era desconocido. Y cuando se quiso dar cuenta, yo ya me había evaporado en medio de una nube de pajarillos. Me buscó, pero no fue capaz de encontrarme. Es lógico, pues no había ningún lugar donde pudiera estar.







Firmado: una actriz que se hizo escritora por aburrirse de las tragicomedias.

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