sábado, 21 de julio de 2018

En noches como esta

Reculo en noches como esta, en las que no dejo títere con cabeza. Salgo a pisotear bajo la luna las flores que con tanto mimo planté, y observo la tierra en mis uñas sin ningún tipo de remordimiento.
Tiro mi bayoneta al suelo y corro como si se me escapara el alma con cada zancada que doy, y me refugio en las trincheras con los pies ensangrentados.
Me enredo en bosques de espejos en los que sólo veo reflejadas caras que he desconocido con el tiempo, y oigo voces de gente que en realidad no está allí, que no está en ningún sitio, que ya no existe.

Las noches como esta son tormenta e incendio. Frente a mí, el océano de fuego griego, que se crece con el agua y se hace más y más inmenso, hasta que me vence y se me mete dentro, carbonizándome los pulmones.

Las noches como esta me fuerzan a convertirme en guerrera cuando menos fuerza tengo, y lucho contra una Hidra de Lerna a la que le crecen dos cabezas cada vez que consigo arrancarle una.

Y cuando me quiero dar cuenta, ya no tengo corazón. No sé si me lo he olvidado en algún sitio con la prisa y la vorágine, o si ha venido un ave rapaz y se lo ha llevado.

Entonces, me apetecería tragarme un tonel de dinamita y simplemente explotar. Pero luego recuerdo que no solucionaría nada. Aunque me viera reducida a añicos como una muñeca de porcelana vieja y rota que se ha caído del estante al que había relegado la obsolescencia, seguiría teniendo el fantasma de la desconfianza revoloteando sobre mi cabeza como un buitre famélico.

Igual que en noches como esta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario