viernes, 6 de junio de 2014

Querido nadie.

Querido nadie,

No te escribo para que me leas, pues sé que no lo harás. A lo mejor no escribo para tí, ni para mí, ni para ellos. No escribo para nadie hoy.

Escribo, pero no. Respiro, pero no vivo. Veo, pero no miro.

Nada es lo que parece. Las apariencias nos están engañando todo el tiempo. Somos actores de una obra que nunca se acaba, danzamos en un baile de máscaras que no nos quitamos.

El acero quiere ser cristal, sin saber que es más frágil. La porcelana es bonita pero se rompe si la miras, sin embargo el metal resistirá los golpes.
Y tú, querido nadie, que me lees o no, seguramente no entenderás por qué te estoy hablando ahora de acero, metal, cristal, porcelana,y demás.
Pensarás: "¡no te vayas por los cerros de Úbeda!" Y yo te digo, que a veces las nimiedades y las tonterías esconden las cuestiones más importantes.
Los asesinatos pueden ser resueltos por las pistas insignificantes en las que unos ojos normales no se detendrían.

Una canción no es lo mismo sin el bajo, aunque no se note o creas que no.

Y verás, amiga o amigo, te escribo o no, mientras voy camino de los cerros de Úbeda, de la parra, o de la Luna, porque alguien me dijo una vez: "¡piérdete!", y yo ahora he decidido hacer caso, porque he andado tanto por los senderos marcados y he acabado más perdida que Marco el día de la madre, que voy a ir contra corriente a ver si encuentro las respuestas y soluciones.
Sí que saben esconderse, ojalá yo lo hiciera tan bien.

Quiero darle patadas al reloj de arena para que deje de girar, drenar la clepsidra y parar las agujas del reloj para que no avancen más, pero no puedo.

No tengo fuerzas.

¿Podría tenerlas? ¿No puedo? ¿No quiero?

Estoy encerrada en un invernadero, de cristal también, lleno de fantasmas, mariposas, que no tienen alma y vuelan a suspiros, y yo cultivo fresas que no tienen sabor pero te dejan la boca fría, y la puerta está cerrada con llave...la llave está en algún sitio escondida que yo sé, o no, o la llevo yo encima, no lo sé.
Si realmente quisiera podría salir de aquí rompiendo las paredes, pues el vidrio es fácil de quebrar y el oxígeno se me acaba aquí dentro, pero me siento segura teniendo un techo encima que me deje ver las estrellas por la noche.

Y no,querido nadie, no te cuento esto pidiéndote ayuda, ni quiero ni puedo que me ayudes. Realmente no sé por qué te lo he contado, ha sido de esas veces que simplemente necesitas contar algo, abrir el cofre, dejarlo libre, volar por el cielo.

Espero que te cuides, persona que me lee o no, que piensa que soy tonta o lista, que me he perdido o que me he encontrado. Que te cuides como si fueras la persona que más quieres del mundo,porque deberías serlo.
Que sueñes por la noche y vivas durante el día. Que rías cuando puedas y llores cuando lo necesites.

Yo no puedo cuidarte ni velar por tí, igual que tú tampoco puedes por mí.
No sé quién eres, puede que nunca llegue a verte, aunque, ¿quién sabe? A lo mejor acabamos de cruzarnos por la calle y no nos hemos dado cuenta.

De todas formas, gracias por leerme, y lo siento si te he hecho perder el tiempo, a veces sólo necesitas hablar sabiendo que alguien te escucha, y escribir sabiendo que alguien va a leerte.Espero volver a contar contigo otra vez cuando mis serpientes se hayan enredado entre sí y tenga miedo de que me piquen,  cuando me imagine ver un conejo gigante que me aterre y me diga cosas, para que tú le hagas callar.

A veces pienso que la realidad no existe y vivo en un mundo de sueño -o pesadilla- que yo he creado sin querer y vivo sin poder despertar.

Gracias,
Saoirse.

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