Huí de ti en una noche oscura sin estrellas. El mismo juego, la misma historia, la misma pantomima representada cien mil veces. Me fui corriendo y me quedé enredada en el rocío del ocaso.
Se fue, y el bosque quedó vacío. No se oía ni el susurro de las ramas de los árboles cuando el viento las acaricia.
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