miércoles, 5 de diciembre de 2018

miscelánea de invierno

¿Qué es este nudo que me comprime las entrañas?
¿Por qué siento que se me rompe el pecho de porcelana?
Ya no entiendo por qué se han ido
de mi ventana todas las palomas blancas.
Ni sé por qué sigo buscando un reflejo de mi alma,
si por más que busco, ya adentro no queda nada
más que ceniza, polvo y morralla.

Las nubes negras, las noches claras,
sin sombras de dudas, sin nanas, sin magia
nada que recordar cuando asome la mañana,
pero quizá algo negro, oscuro
que se nos esconda en la mirada.

Y escribiré palabras que tacho, diré cosas que escondo,
para luego negarlo todo,
para negar que ya he tocado fondo,
para no poder describirte la manera en que ardo por dentro,
para que no te imagines nunca lo que veo en el incendio,
ni tengas que contemplar
esta mansión vieja en la que me rodeo de espectros

Mis palabras mi escudo, mi mirada el antifaz
tras los que me esconderé para que no me encuentren jamás,
y poder irme sola
-¡poder escapar!-
huir de todo,
y encontrar





paz

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