lunes, 29 de septiembre de 2014

El frío de una tarde de otoño.

Sé todo lo que piensas cuando callas,
cuando crees que estás sola,
y vuelves a levantar tus murallas,
y en fría soledad tú lloras.

Sé todo lo que callas cuando piensas,
y te encierras en tus mundos de hielo,
cierras herméticamente las puertas,
y dejas que gane la partida el miedo.

Te empeñas en esconder y tu lamento callar
y entonces
tengo sed de tus lágrimas
y hambre de tu pesar.
Haría cualquier cosa por librarte de tu dolor
aunque implicara bajarte la luna
y conseguir apagar por tí el sol.
Traerte la primavera aunque haga mucho frío
con tal de verte sonreír
y devolverle a tus ojos el brillo.

Sé todo lo que lloras cuando temes
y te crees débil y frágil
y la tristeza con dolor te muerde.
y pierdes la partida casi.

Sé todo lo que eres cuando crees que no
y te niegas y te enfadas
por crees no ser mejor
y poco a poco tú te apagas.

Te empeñas en esconder y tu lamento callar
y entonces
tengo sed de tus lágrimas
y hambre de tu pesar.
Quiero abrazarme y fundirme a ti
rememorar tantos tiempos felices
y volver a oírte reír
Si una puerta se cierra se cierra se abre un ventanal
sin estas nubes negras y sin esta tormenta glacial
como lo malo, créeme, estos tiempos pasarán.